By Dr. Tany Cuba Espinoza.
Cepillarse inmediatamente después de ingerir alimentos es esencial, ya que los brackets crean zonas donde es más fácil que se adhieran partículas de comida. Si no se elimina esta placa de forma adecuada y rápida, puede endurecerse y convertirse en sarro, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como la gingivitis y la periodontitis. Además, la acumulación de placa puede generar manchas blancas en el esmalte de los dientes, que son difíciles de eliminar y pueden dejar marcas permanentes una vez que los brackets se retiren.
El cepillado diario y constante también reduce la posibilidad de desarrollar gingivitis, una inflamación de las encías que puede causar dolor, hinchazón y sangrado. En los pacientes de ortodoncia, la gingivitis es un problema frecuente si no se cuida adecuadamente la higiene bucal. Si esta inflamación no se trata a tiempo, puede evolucionar a periodontitis, una enfermedad más grave que afecta las estructuras que sostienen los dientes, lo que puede comprometer la estabilidad del tratamiento y prolongar la duración del mismo.
Uno de los mayores riesgos de no seguir una rutina adecuada de cepillado durante el tratamiento de ortodoncia es la posibilidad de retrasar o incluso suspender el tratamiento. Si las encías y los dientes se ven gravemente afectados por la falta de higiene, el ortodoncista podría decidir detener el proceso hasta que la salud bucal del paciente mejore. En casos más extremos, las infecciones graves podrían causar la pérdida de dientes o la necesidad de procedimientos adicionales, lo que impacta negativamente tanto en el tiempo como en el costo del tratamiento.
Para evitar estos problemas y asegurar un tratamiento de ortodoncia exitoso, es fundamental que los pacientes se comprometan a cepillarse los dientes al menos 4 veces al día, dedicando 3 minutos por cada sesión de cepillado. Esta práctica, combinada con el uso de hilo dental y enjuagues bucales, garantiza una buena salud bucal y un tratamiento de ortodoncia sin complicaciones. Mantener una boca limpia y sana no solo asegura un resultado óptimo, sino que también previene molestias y posibles retrasos en el proceso.