By Dr. Tany Cuba Espinoza.
Los alimentos blandos, como purés, sopas, yogur, compotas, gelatina, papillas menestras bien sancochadas y fideos, son ideales en esta etapa. Estos no requieren una masticación intensa y, por lo tanto, no ejercen presión sobre las zonas sensibles o puntos de sutura. Además, estos alimentos se ingieren fácilmente sin riesgo de lastimar la herida, ayudando a que el proceso de cicatrización sea más rápido y cómodo. Es importante evitar alimentos muy calientes, ya que pueden generar sangrado o irritación en la zona afectada.
La hidratación es otro factor clave durante la recuperación después de una cirugía bucal. Beber suficiente agua y líquidos fríos, como infusiones suaves o jugos naturales sin azúcar, ayuda a mantener la boca húmeda, lo que favorece la cicatrización de los tejidos. Además, una buena hidratación contribuye a evitar la sequedad de la boca, que puede aumentar las molestias y dificultar el proceso de recuperación. Es esencial evitar el uso de sorbetes o pajillas para beber, ya que la succión puede afectar los coágulos formados y retrasar la cicatrización.
Por último, es importante tener en cuenta que durante los primeros días hay que evitar alimentos duros, crujientes o picantes, como frutos secos, galletas, y comida muy condimentada, ya que podrían generar lesiones en la zona tratada. Siguiendo estas recomendaciones de dieta blanda y una adecuada hidratación, se garantiza una recuperación más rápida y cómoda, minimizando el riesgo de complicaciones y asegurando que los resultados de la cirugía bucal sean óptimos. ¡Recuerda siempre seguir las indicaciones dadas después de la cirugía para asegurar el mejor cuidado después de tu tratamiento!